La CAJA CHINA (Gourmet)

Este sitio está dedicado a la "Caja China", la única parrilla portátil a carbón en la que se pueden asar, como si fuera un horno, todo tipo de carnes en muy poco tiempo. Aquí podrán encontrar y compartir sus experiencias, recetas y todo lo relacionado a la "Caja China" todos los usuarios y aficionados a ella.

viernes, octubre 29, 2004

“Hipnotizados por un Chanchito al palo”

Hace un par de años atrás decidimos juntar a toda la familia en la casa de campo de una prima. Todos, incluyendo, tíos y tías primos y primas, sobrinos y sobrinas e incluso sobrinos/nietos. Un total de sesenta y pico personas. Excelente idea, ya que hacía mucho tiempo que no veía a muchos de ellos, incluso iba a conocer a algunos sobrinos. El entusiasmo se apoderó de muchos de nosotros al plantearse la idea. Decidimos organizar una reunión previa a fin de ponernos de acuerdo en la fecha, hora, lugar, menú y plan de actividades de dicha reunión. Todos de acuerdo en el lugar: la casa de campo de una prima en Cieneguilla*1. El día: un domingo de junio (no recuerdo cuál exactamente). El menú: mmmm.....empezaron los problemas. Unos decían cevichada*2, otros piqueo criollo*3, otros parrillada, alguien sugirió una paella. Todas las opciones sonaban bien y no nos poníamos de acuerdo. Hasta que sugerí hacer un “chancho al palo”. Un completo silencio invadió el salón en el que nos encontrábamos, se podía apreciar la cara de todos imaginándose y saboreando el lechón asado. Parecía como si las palabras “chancho al palo” hubieran hipnotizado a los presentes. Pasado un rato, los presentes todavía sumergidos en ese trance hipnótico, uno a uno empezaron a dar señales de vida, “con sus frijoles al costado” dijo uno, “con su sarcita de cebolla*4” dijo otro, hasta que como despertando de un sueño todos a la misma, vez nos miramos y dijimos casi al unísono: “¡Decidido! ¡No se diga más! Se hará un “chancho al palo””. Así que empezamos a planear lo que pasó de ser una reunión de familia a una comilona de un “chancho al palo”. De ahí en adelante todo giraba en torno al chancho, los días siguientes era el tema en todas y cada una de las casas de los tíos, primos y demás parentela que iba a asistir a la reunión.

Recuerdo haberme ofrecido, junto con un primo, a conseguir el “animal”. “¿Qué tan difícil podrá ser conseguir un chanchito en Lima?” recuerdo haberle preguntado a mi primo con un aire de autosuficiencia. Hubiera estado bien que lo dijera así ahora, que ya llevo varios chanchitos en mi haber y que ya me conozco los mejores “huecos” de Lima para comprar chancho, así como carne de todo tipo. Pero, en ese entonces se me hizo una tarea harto complicada. Un día antes del festín, todo iluso yo, recuerdo haber ido a preguntar a una conocida carnicería especializada en aves y cerdos cuyo nombre empieza con San y termina con Fernando, quienes luego de darme las indicaciones del tamaño de animal requerido para esa cantidad de comensales procedieron a darme el precio. No me caí para atrás tipo Condorito porque estaba apoyado contra la pared. ¡Volábamos en nuestro presupuesto!. Decidimos con mi primo seguir buscando y fuimos al mercado de Surquillo, conocido por tener “de todo”. No había, pero nos ofrecieron conseguirnos, ¿y el precio? Preguntamos. “Depende pues joven” nos contestaron. ¡Depende! ¿Depende de qué? “Pues de donde lo traen” “A ya......mmmm”. Tema importante, NUNCA, y lo pongo en mayúsculas, nunca compres un chancho en cualquier sitio basado únicamente en el precio, ya que no sabemos, ni nunca sabrás -a menos que críes al chancho en tu jardín y lo alimentes con lo mismo que comes en tu casa- qué puede haber comido ese animal. Basura de avión, talvez, o de hospital, quizás. Mucho cuidado en ese aspecto. Bueno volviendo al tema, preguntando y preguntando nos dieron un dato, que en el mercado de la Encalada*5 se conseguían buenos lechones y a buen precio, así que nos dirigimos para allá. En efecto, ubicamos un puestito en dicho mercado que se veía bien surtido, nos dijeron que sí había pero que necesitaríamos un lechón de 20 a 25 kilos para la cantidad de gente que les mencionamos y que un lechón de ese tamaño había que pedirlo con anticipación. “¡Sonamos!” le dije a mi primo, aún cuando el precio se acomodaba a nuestro presupuesto, no lo íbamos a poder comprar ..... “¿Para cuando lo quieren?” Nos interrumpió la señora del puesto con cara de querer negociar. “Para mañana señora” le contestamos. “Les puedo conseguir, pero va a salir mas carito” Ni modo. Esa era una opción segura y que sobretodo venía con el respaldo de una recomendación, lo que al menos nos aseguraba que no eran chanchos con triquina; además que el precio nuevo seguía siendo mucho menor que el de la primera carnicería visitada. Dimos el adelanto y la señora se ofreció incluso a hacernos el delívery por 5 soles adicionales. “¡Excelente!” exclamamos contentos. Muy buen servicio.

Listo lo más importante, el que se robó el protagonismo del reencuentro familiar: el chancho, así que empezamos a investigar cuál era la manera correcta de hacer un chancho al palo. La verdad que pensamos que era más sencillo y resultó ser harto complicado. Primero que necesitábamos de mucho carbón o leña; también, el tiempo requerido era algo impensado para nosotros, por ahí nos dijeron que mínimo ¡8 horas!, “¿Queee? ¿8 horas? Ni modo, ya nos habíamos hecho a la idea, y además ya teníamos el chancho, así que para adelante.

Llegó el día “D”....el día del chancho, nos fuimos bien temprano para Cieneguilla, por suerte nos llevaron el animal bien temprano como quedaron, y luego de ubicar un lugar indicado para asarlo empezamos la faena. Cabe mencionar que el espacio a utilizar debía ser lo suficientemente grande y alejado de cualquier material inflamable para no acabar incendiando la casa. Encendimos la leña, varios kilos, mientras en la cocina se iba limpiando y adobando el chanchito. Por suerte, nos conseguimos unos parantes de fierro que nos servirían para sostener al chancho a una distancia prudente del fuego y con una barra de acero y alambre ataríamos al chancho a éstos. La verdad es que es un poco complicado a menos que cuentes con todos los implementos necesarios ya que no querrás que tu chancho se te venga abajo encima de la fogata en plena preparación. Sumémosle a eso el calor. Estoy seguro que ese día bajé por lo menos 3 kilos de tanto sudar. Aparte que cogí un bronceado no se si del sol o del calor ardiente.
Una vez que ya estaba todo OK, el chancho bien amarrado, el fuego en su punto, empezamos a contarle el tiempo. “Ok primo, son las 9 y 30, una hora y le damos la vuelta”. Pasada la hora le dimos vuelta y parecía que no iba a estar nunca, no tenía ninguna señal de haberse siquiera cocinado un poco, pero bueno decidimos continuar, “así será pues”, me dijo mi primo. “Vamos a tomar desayuno”, y así buscamos matar el largo rato que nos esperaba. Empezó a llegar la gente como a las 11 y 30, ya para las 12 y 30 la casa estaba llena y se vivía un ambiente de fiesta, los hombres por un lado tomándose sus tragos, las mujeres por otro conversando y poniéndose al día de los últimos chismecitos, mientras que los chicos corrían por el jardín. Pasamos una tarde muy bonita, hasta que el hambre empezó a hacerse sentir. Uno a uno veíamos desfilar a los presentes alrededor del chancho con cara de “caníbal a punto de comerse al seminarista” y preguntando “¿y... a qué hora estará listo?”. Creo que ese día respondí esa pregunta al menos unas 197 veces. No faltó algún desesperadito que fue con tenedor y cuchillo en mano a quererle sacar algo de carne al chancho. “Paciencia”, “Ya falta poco” era lo único que atinábamos a decir, lo que ya sonaba a libreto aprendido tipo guía de turistas.

Ocho horas después y siendo más de las 5 de la tarde la mesa estaba puesta, los comensales sentados a la mesa, unos con cara de “por favor denme algo de comer”, otros con cara de pocos amigos. Ya se habían acabado las papitas, maníes, habitas, pasas, y cuanto piqueito se compró. El esposo de una prima al cual conocemos por ser bien glotón (ojo que no pongo nombre) empezó a comerse el arroz con frijoles, provocando la risa de todos. Eso distrajo un poco a la gente y nos quito un poco de presión a los que estábamos haciendo toda la chambaza.

Seis de la tarde y el sol –que ese día estuvo resplandeciente- ya se despedía, ¡....y sin haber almorzado! Hasta que por fin. El chancho ya estaba listo, “Listo” grité, se llevaron a calentar los frijoles y el arroz, mientras que bajábamos el ansiado chancho hacía la mesa donde lo trozaríamos. “Prende la luz que ya no veo nada” se oyó por ahí. “A ver pásate algo” dijo alguien, la escena parecía de noticiero, como cuando atropellan a alguien en la calle y toda la gente se amontona a ver, igualito.

Finalmente, vaaaaarias horas después, varios kilos de menos y con varias quemadas en el cuerpo encima, nos dispusimos a saborear el tan ansiado chanchito al palo.
Un silencio sepulcral en la mesa hacía evidente el hambre que teníamos todos. “Delicioso” dijo mi mamá, rompiendo el silencio, “gracias mamita” respondí, “no en serio, muy rico” comento alguien, y así los comentarios se fueron repitiendo a lo largo de la comida que de almuerzo familiar pasó a ser cena.

Si me preguntan si valió la pena, les diría sin pensarlo que SI. Pero luego pensaría un poco más a fondo y me acordaría de toda la chambaza y lo pensaría dos veces. O al menos no me ofrecería para prepararlo yo. Así que las probabilidades de que vuelva a comer un chancho al palo se reducirían enormemente. Afortunadamente, no se cómo es que llegó a mis oídos la “Caja China”. Un horno que funciona a carbón en el que se puede preparar un cerdo entero como el que preparamos ese día en menos de 4 horas. ¡Menos de la mitad del tiempo! Es así que me decidí a investigar mas al respecto, encontrando información de el supuesto inventor, un cubano residente en Miami que las fabrica y vende en los Estados Unidos. Viendo una de sus cajas chinas en vivo y en directo es que se me viene a la mente el fabricarlas yo mismo. Luego de adaptarla a las costumbres peruanas salimos al mercado con tres tamaños de Caja China, a las que hemos bautizado “La Caja China Criolla” y que se venden a través de internet en www.cajachinaperu.com .

Al hacer esto, nuestra intención es dar a conocer a todo aquel que alguna vez ha probado un chanchito asado, o que le gustaría hacerlo, que no necesita complicarse la vida para poder hacerlo. Con una Caja China no necesita de mucho espacio, tan solo una superficie plana y un área lo suficientemente ventilada y listo, en menos de 4 horas estarás disfrutando de un “chanchito al palo” en la comodidad de tu casa.
Lo bueno es que las posibilidades no se reducen a un chanchito, también puedes preparar pollo, pavo, pato, cabrito, cuy, etcétera, etcétera y etcétera. Tu imaginación es el límite. Las recetas las puedes conseguir tanto en nuestra web como en el resto de la internet.

¡Buen provecho!.


*1 zona campestre al sureste de Lima que se caracteriza por su buen clima
*2 cuando se comen varios tipos de ceviche y se acompaña con platos a base de pescado o mariscos.
*3 un piqueo criollo es cuando se preparan varios platos de comido criolla peruana y se sirven tipo buffet.
*4 una sarza de cebolla se prepara con cebolla cortada en juliana, perejil, limón, ají, sal y pimienta.
*5 El mercado de la Encalada queda en la Av. La Encalada esq. con la Av. Primavera en Surco (Lima-Perú), hay cosas de muy buena calidad.

jueves, octubre 21, 2004


Caja China Chica
www.cajachinaperu.com

Anoche fue el cumpleaños Nº 30 de un primo y preparamos una pierna de cerdo de 10 kilos en una Caja China Chica. Salió buenísima!! (Muy buena sazón primo!) La verdad que todo hubiera salido a la perfección si en lugar de meterla entera la hubiéramos deshuesado, ya que se demoró más tiempo de lo normal y terminamos comiendo bien tarde. Pero, valio la pena la espera. Ahí les mando la foto de la Caja China Chica. Este es mi Caja favorita porque es practiquísima y se puede preparar todo lo que se quiera sin necesidad de hacer una gran reunión o una gran comilona. La próxima semana voy a prepararme una Chita a la Sal en ella, ya les cuento como me fue y de paso les pongo unas fotos.

Por cierto, las dimensiones de esta Cajita son: Largo: 60 cms. Ancho: 40 cms. Alto: 50 cms.

www.cajachinaperu.com

martes, octubre 19, 2004

Esta es la Caja China Grande, como para un familión o quizas para hacer negocio.

La Caja China Grande es ideal para preparar piezas extremadamente grandes. Sus dimensiones son: 1.20 mt de largo x 60 cms de ancho y 50 cms de alto sin contar las patas. En ella puedes preparar un cerdo entero comodamente y sin problemas. La última vez que use una de estas preparé un lechón de 12 kilos y como me sobraba espacio le metí un par de tiras de costillas. Al final comieron 40 personas y sobró harta comida. Las costillitas quedaron excelentes, un pata hizo el aderezo que llevaba aceite de ajonjolí, azucar, sillau, kion y otras cosas mas que no me quiso decir.


Caja China Criolla Grande
www.cajachinaperu.com

viernes, octubre 15, 2004


Hola a todos!!!
Esta es la Caja China en tamaño Standard, mide 90 cm de largo x 45 cm de ancho, y le cabe hasta un lechón de 14 kilos entero, abierto.

Si eres un apasionado de la cocina y/o de las parrilladas, o si te gusta comer bien, entonces espero tus comentarios acerca de este apasionante tema.
www.cajachinaperu.com